
Seguimos manteniendo una imagen errónea de la depresión. Este trastorno psicológico no siempre tiene el rostro de la tristeza, de un cuerpo acurrucado en una habitación a oscuras. La depresión es portable, podemos sonreír e incluso acudir al trabajo. Es como vivir atrapado en una caracola desde donde escuchar el sonido del exterior pero sin sentir nada, sin emocionarnos, sin poder conectar con autenticidad con la vida.